martes, 25 de octubre de 2011

“ALTERNATIVA CERO”

Si una tuviera que hacer un pronóstico sobre el futuro de Chicago, la realidad indica que es desalentador.

No solamente por el hecho de que hoy el equipo es parte del elenco estable de la tercera categoría, sino también porque el abanico de opciones políticas no satisfacen la demanda del socio del club.


El termómetro indica que el socio de Chicago independiente y pensante reclama una representación que no tiene y la clase política de la institución hoy realmente no está a la altura de las circunstancias.


Con el oficialismo desdibujado y desgastado, una oposición limitada y decidida, no hay mucho para elegir.


Lo que un principio pintaba para ser la “Nueva Generación” que llegaba para quedarse, termina convirtiéndose en una aventura personal sin ningún tipo de horizonte, y como hoy se adjudican haber venido a apagar el incendio, también tendrán que asumir la responsabilidad de no presentar ninguna resistencia ante un pasado que cada vez se hace más presente.


Por como viene la mano “Nueva Generación “sufre de una “Vejez precoz” que si no se detiene desencadenará indefectible en una muerte segura.


Por otra parte la oposición aprovecha los desaciertos de quienes gobiernan (fracasos futbolísticos, malos manejos de futbol amateur, etc.), todas cuestiones que tienen un costo político inevitable.


A pesar de eso, pretenden llegar con una receta obsoleta y antigua, y es la del caudillo supuestamente temperamental que solo con “plata y huevos” solucionará todos los problemas.


El tema es que los tiempos cambiaron y ya nada se arregla de guapo, a los “cabezazos” como algunos nos quieren hacer creer.


Por todo esto Chicago seguirá deambulando de un extremo a otro no encontrando ese camino tan ansiado llamado equilibrio.


No se puede gestionar con tibieza, con indecisión, con soberbia disfraza de humildad, con destrato, con desidia y tampoco hay margen para desmanejar toda la parte de futbol tan groseramente.


Pero queda claro que con intolerancia, abuso desmedido del ejercicio del poder e irracionalidad tampoco (este sistema atrasa 20 años).


Existe un equilibrio entre los dos modelos y precisamente es el que reclama el socio de Chicago, ese que demanda una alternativa, una tercera vía que es la que la deplorable clase política no le puede dar.


Mientras tanto, seguiremos viendo “películas” de las cuales ya sabemos el final y lamentablemente en Chicago los finales últimamente no son del todo felices.








NACHO DE TOMMASO