domingo, 26 de octubre de 2008

NO APRENDEN MAS

VAN AL MATADERO

Arde Chicago: el Gusano, jefe de la barra, fue baleado cuando guardaba las banderas tras el partido. Quedó internado en el Santojanni fuera de peligro.


PARTE DE LA BARRA VA A LA POPU Y OTRA A LA CABECERA

El partido había terminado hacía media hora. El grupo que se escindió de la barra, conformado por gente de Provincia y que ahora va a la popular ubicada detrás del arco, ya se había retirado. El grueso de los violentos, que va a la popu República de Mataderos, cargaba los bolsos hasta donde siempre guardan los trapos, a una cuadra y media del estadio. Chicago había ganado y parecía el final de un sábado tranquilo. Sólo parecía: desde unos árboles surgieron tres personas armadas que apuntaron directamente al Gusano, el líder de la barra. Hubo dos detonaciones de fuego y una le dio en un glúteo. Los agresores huyeron y el herido fue trasladado al hospital Santojanni, donde quedó internado fuera de peligro. "El paciente no corre riesgo y dijo que fue baleado al salir de la cancha. Quedará 48 horas en observación", le afirmó a Olé, Jorge Sproviero, jefe de guardia del hospital. Y el hecho puso en alerta a todo el barrio Los Perales: según dicen, esto es recién el comienzo de una historia que puede terminar mal, muy mal.

La Policía cree que el hecho es la declaración formal de guerra de una interna en la barra que, dicen, se veía venir. El Gusano y su gente jugaron a favor de Filomeno en las últimas elecciones, y quedaron pedaleando en el aire tras el triunfo del candidato opositor, Gustavo Lacanna. "Desde el miércoles se rumoreaba que se estaba armando una banda para bajarlo", le dijo a Olé una fuente de la investigación. Y éste, según ellos, habría sido el primer eslabón.

En la barra, en cambio, aseguran que el tiro pudo haber provenido de muchos lugares. El Gusano, dicen, se ganó el odio de un montón de gente de cancha y también de pesados de otros rubros. "En medio del partido le pegó a un pibe que para con gente grosa de los monoblocks de Lugano. Además, hay dos que acaban de salir de la cárcel que se la tenían jurada porque piensan que él los delató. Por algo los tiros fueron sólo para él y no para el Javi o el resto de los pibes. En el lugar eran como 30 y le apuntaron directamente a él", confiesan. Aunque si no fuera por temas de cancha, la agresión podría haber sido cualquier día y no justamente un sábado a 150 metros del estadio.

Lo cierto es que la barra de Chicago está en el ojo del huracán. Poco pudo hacer la Justicia para desactivarla, cuando la investigó por el crimen del hincha de Tigre, Marcelo Cejas (25/6/07). Nada hizo la dirigencia de entonces para frenarla. Ni la Policía. La olla, otra vez, está a punto de explotar. Y es hora de que alguien la apague.

Fuente:ole

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