Ante el vacío político que deja la no presentación del oficialismo en las próximas elecciones que serán llevadas a cabo en Nueva Chicago, muchas conjeturas se empezaron a tejer en cuanto a la validez o la nulidad de lo que significaría el voto en blanco y a continuación daremos nuestra opinión.
Lo primero que habría que marcar es que el “voto en blanco” es una herramienta absolutamente legítima dentro de un sistema democrático y está lejos de ser (como algunos nos quieren hacer creer) una opción totalitaria sin saber que la descalificación del “voto en blanco” es verdaderamente lo antidemocrático.
Ahora pasemos a lo que simbolizaría el “voto en blanco” en Chicago. Queda claro que existe una porción de la masa societaria que no se siente representada por ninguna de las dos opciones y aquí nos detenemos a subrayar que si la elección se limita a estas dos opciones es por la propia ineficacia del oficialismo al desistir de la competencia electoral.
No hace falta la inducción, ni subestimar a la gente arengándolas a decirles lo que tienen que hacer.
Pero en estas elecciones el “voto en blanco” puede llegar a tener una preponderancia determinante en el mapa político de Chicago y esto pasará si es que la mencionada opción se transforma en el “candidato” invisible de los que no tienen candidato.
La tranquilidad es que el sistema democrático en Chicago está a salvo, ya que a partir de Diciembre habrá un nuevo Presidente más allá de que la participación sea masiva o no.
En conclusión si usted es socio de la institución debe saber que no solo tiene dos opciones, tiene muchas más y de eso se trata la democracia, de la libertad, de la protesta y de elegir. Todo lo contrario es aquello que nos quieren imponer sin argumentos sólidos o simplemente inducirnos desde la ignorancia.
Por todo esto el hecho de “Votar en Blanco” (no tenga duda) también es votar en positivo.
NACHO DE TOMMASO