martes, 3 de agosto de 2010

“LAS ETERNAS CONTRADICCIONES”

Un gran debate existe en Chicago con respecto a la posición que debe tomar la Comisión Directiva en el tema de la mala inclusión de Leandro Collavini en el partido frente a Tristan Suárez.

Lo primero que quiero marcar es que siempre es bienvenido el debate porque seguramente de el nacerán respuestas.

El socio se hizo escuchar y en su gran mayoría fue terminante:”hay que hacer la protesta de los puntos”,el presidente también tomo una posición clara:”Chicago no va hacer ningún reclamo”.Las contradicciones surgen y ahí nos queremos detener.

Sabiendo el “poder” que tiene Tristan Suárez representado por su presidente Alejandro Granados y también enterados de los deseos de Grondona “los puntos hay que ganarlos en la cancha” la dirigencia de Chicago no quiere ir en contra de la corriente y acá se juegan varias cosas y entre ellas las represalias económicas (situación entendible por cierto).Pero si comparamos esta situación con otras es donde nace nuestra contradicción .

La C.D del “Torito” siempre pregona que hay que marcar la diferencia y ellos mismos subrayan como una postura excepcional el hecho de no “tranzar” con las barras, “no se puede ir contra el sistema” marcaron como argumento y fundamentó el hecho de no protestar los puntos.

Entonces la pregunta que surge es la siguiente: porque seguir esta línea de pensamiento y entonces sumarse al rebaño del resto de los clubes y ceder ante las “barras” y así evitar las terribles erogaciones económicas que implican los operativos policiales?

Estar en el sistema de los clubes de AFA significaría blanquear a los barrabravas y admitirlos como una parte mas del fútbol. Entonces uno tendría que pensar que vamos en contra de la “corriente” o no según las circunstancias?

Al socio también habrá que pedirle que se ponga de acuerdo, por un lado pide que el club se revele ante Grondona y por otra parte y al mismo tiempo se sugiere que la dirigencia arregle “la interna” entre barras cediendo “algo” como lo hacen todos los “lacayos” de Grondona.

Y todo se convierte en un gran dilema, un dilema tan humano como las contradicciones.

NACHO DE TOMMASO