TEMPERLEY 2 - NUEVA CHICAGO 0
Que viva el Indio
En el debut de Vivaldo como DT, Bazán Vera metió uno y asistió en otro para que Temperley bajara a un Chicago que venía embalado.
EL 9 FESTEJA EL 1-0 JUNTO A SU AMIGO Y ENTRENADOR. AL RATO RECIBIRÍA LA QUINTA AMARILLA.
Gracias Flaco, mucha suerte. El Cele está con vos", rezaba una bandera colgada en la tribuna. Eso le auguraban los hinchas de Temperley a su nuevo entrenador. Claro, Jorge Vivaldo debió adelantar su retiro -estaba previsto para junio- y cambiar, a los 42 años, el buzo de arquero por el de DT, luego del alejamiento de Vicente Stagliano. Encima, el partido de estreno era en casa y ante un Chicago que venía en alza, con ocho partidos sin conocer la derrota (5 PG y 3 PE), y que quería ponerse ahí de Italiano, en la lucha por el campeonato.
Sin embargo, el flamante entrenador no se encontraba solo en el comienzo de este nuevo ciclo, ya que dentro de la cancha contaba con Daniel Bazán Vera, su amigo y capitán del equipo. El Indio fue el encargado de darle el primer grito de gol de su carrera del otro lado de la línea de cal, luego de un centro desde la izquierda de Nicolás Falczuk y una falla en el despeje de Solaberrieta. Esa fraternidad se vio reflejada en el abrazo que se dieron tras la conquista (y al final del partido). Después, habría tiempo para devolución de gentilezas: Méndez perdió la pelota en la mitad de la cancha y el ex Almirante y Unión asistió al 7 para que, luego de la corrida y la gambeta a De Olivera, estampara el 2-0. Así, el Gasolero se quedó con la victoria en un encuentro que comenzó parejo, pero que poco a poco fue inclinando a su favor gracias a la buena labor de los delanteros, un Alejandro Orfila que le ganó el duelo de los pelados a Césaro en el medio y un Federico Crivelli que brindó seguridad en el arco.
En el Sur hubo delirio cuando el árbitro Gabriel Guillaume marcó el final del encuentro. Porque Temperley escaló hasta la cuarta ubicación de la tabla, a ocho del Tano al que todavía le resta una fecha libre, y estiró su racha sin caídas a siete, con cinco victorias y dos empates. Por eso, los hinchas del Celeste se fueron del Alfredo Beranger con las palmas de las manos rojas de tanto aplaudir a los ídolos.
FUENTE:OLE