Armenio apuro de entrada al Equipo de Mataderos, saco diferencia en diez minutos y la supo conservar hasta el fin.Chicago no levanta.
¿DE QUIÉN ES ESA PIERNA QUE TRABA CON MONTENEGRO? POSTAL DE UN PARTIDO TRABADO.
No siempre los debut son bienvenidos. Y tampoco la primera vez es buena. Por lo menos así se lo hizo saber Armenio a Chicago, en lo que fue el primer partido oficial jugado entre ambos en Ingeniero Maschwitz. Luego de 17 años sin verse las caras, los tres puntos quedaron en Zona Norte. Armenio, con un comienzo arrollador, ya ganaba 2-0 a los diez minutos de iniciado el encuentro. Fue como una especie de corrida de toros, bien a la española. Porque Armenio corrió al Torito de entrada hasta dejarlo sin respiro. No llegó siquiera a conocer el campo de juego Chicago que ya estaba abajo. Los toreros fueron los jugadores de la colectividad, que supieron salir a atosigar a su rival y abrir casi desde los camarines el camino del partido. Porque tras un centro llovido desde la derecha, ni Oreja ni De Olivera se entendieron y, de manera vivaz, Coria, leyendo los movimientos de ambos, robó la pelota y se fue solito hacia el arco para poner el 1-0. Estiró la ventaja rápidamente luego de un centro perfecto de Cisterna que Kilmot, anticipando a su marca, envió a la derecha del guardameta para dejarlo sin respuesta. Así las cosas, la dupla técnica del Verde mandó a su equipo bien arriba. Y luego de una gran jugada colectiva, y de una excelente pegada de Tosi, llegó el descuento. Luego del gol, todavía le quedaba tiempo para empatarlo a Chicago en el primer tiempo, para penetrar la ordenada defensa de Armenio. Y ya en el complemento, justamente, el que salió desde el inicio con todo esta vez fue el visitante, que siguió con el nivel de la primera etapa. Pero de a poco el partido se volvió muy friccionado, trabado en la mitad de la cancha. Ninguno era capaz de tomar la iniciativa. Bajaron notablemente el ritmo y el nivel futbolístico. Y así terminaron llevándose la victoria los locales. De la mano de sus toreros, De la Vega, Coria y Kilmot. Y, claro que sí, vale el olé.
Fuente:ole
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